REDUCIR LA MORTALIDAD INFANTIL
Meta 4A: Reducir en dos terceras partes, entre 1990 y 2015, la mortalidad de los niños menores de 5 años
Mientras más saludable esté la madre, más saludables estarán los hijos. La muerte de una madre aumenta el riesgo de que sus hijos mueran. Por lo tanto, el cuidado continuo a lo largo del embarazo y la niñez prematura puede reducir las muertes infantiles y de los niños menores a cinco años.
La planificación de la familia previene los embarazos no deseados. Los niños no deseados corren mayores riesgos de enfermedad y muerte prematura. La planificación de la familia puede también promover el espaciamiento entre los hijos, lo cual aumenta las posibilidades de los niños para sobrevivir en los primeros años de vida. Igualmente, donde los recursos son escasos, los niños en familias grandes pueden ser privados de nutrición, cuidado y atención médica.
El proteger a las mujeres embarazadas del VIH y de otras infecciones de transmisión sexual y proporcionarles las medicinas y tratamientos adecuados, puede prevenir las enfermedades infantiles, la discapacidad y la muerte.
El empoderar a las adolescentes para retrasar el embarazo puede prevenir muchas muertes en lactantes. Los bebés nacidos de las adolescentes enfrentan tasas de mortalidad mucho más altas en comparación con las mujeres que han alcanzado una madurez física.
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